Primera etapa
- Existe cierta reticencia a comunicar el sí mismo. La comunicación
sólo se refiere a hechos externos.
- Los sentimientos y significados personales no se reconocen ni
se admiten como propios.
- La comunicación interna sufre un intenso bloqueo.
Segunda etapa
- La expresión comienza a fluir en relación con problemas
ajenos al sí mismo.
- Los problemas se perciben como externos al sí mismo.
- Pueden expresarse contradicciones, pero son pocas las que se reconocen
como tales.
Tercera etapa
- Las expresiones referentes al sí mismo como objeto fluyen
con mayor libertad.
- Las experiencias relacionadas con el sí mismo también
se expresan como si fueran objetos.
- El sí mismo también se expresa como un objeto reflejado,
que existe principalmente en los demás.
Cuarta etapa
- Los sentimientos se describen como objetos del presente.
- La aceptación franca de sentimientos es escasa, si bien
se observa en alguna medida.
- A pesar de que una relación íntima aún le
parece peligrosa, el cliente se arriesga y se atreve a relacionarse
en cierta medida a partir de sus sentimientos.