En el
mundo globalizado en el que se encuentra inmerso el ser humano,
es cada vez más común ver un sin fin de cambios,
que en la mayoría de los casos, son para mejorar. Dentro
del proceso de cambio y progreso que sufren países como
México, un factor que sin duda detona el desarrollo es
la educación de sus habitantes.
La educación a lo largo del tiempo, ha sufrido modificaciones
que le han permitido evolucionar a tal grado que se ha adaptado
a las necesidades actuales de las personas. Es innegable el
hecho de que los estudiantes de hoy en día no presentan
las mismas características que los de hace 10 años;
con lo anterior, es cada vez más necesario utilizar
herramientas que permitan innovar y mejorar el proceso de
enseñanza.
La Tecnología Educativa, representa
todas aquellas herramientas de las que dispone el docente
para enriquecer el proceso de enseñanza y va más
allá al incorporar elementos que aseguran el logro
de objetivos, por lo tanto puede considerarse como “una
forma sistemática de diseñar, desarrollar y
evaluar el proceso total de enseñanza-aprendizaje en
términos de objetivos específicos” (Mallas,
1979).
Sin embargo, la vinculación entre
educación y tecnología no es un fenómeno
reciente, sino un rasgo permanente a través de la historia
de la cultura, el énfasis actual en tecnología
de la educación se debe especialmente a la intensidad,
profundidad y rapidez de los cambios en tecnología
de la información (Sobrino, 2005).
Por otro lado, no es posible garantizar que
con el manejo de recursos tecnológicos como computadoras,
videos o el más utilizado actualmente: el Internet,
se obtenga un aprendizaje de calidad; el éxito de las
tecnologías de la información y la comunicación
(TIC) en el proceso de enseñanza, depende en gran medida
de la manera en la que los profesores las incorporen en el
contexto didáctico apropiado.
|