ESCENARIOS QUE PONEN A PRUEBA LA AUTOESTIMA

       
   
Saber escuchar
   
 

Cuando hay baja autoestima es difícil aceptar que se está equivocado, o pensar que alguien tiene mucho que enseñarnos. Por tanto, se adoptan actitudes cerradas al diálogo.
   
     
   
Optimismo
   
 
Cuando existe una adversidad, el individuo con baja autoestima tiende a culparse inmediatamente del problema, lo cual hace que se sienta peor y continúe culpándose por largo tiempo. La baja autoestima nos puede ayudar a caer en pesimismo y depresión.
   
     

 

 
Relaciones interpersonales
 
 
La persona con autoestima baja puede establecer relaciones interpersonales, pero sin pensar en sus propias necesidades. A la larga, su actitud puede orillarla a explotar –con los demás o consigo mismo-, autoculparse, a sentirse que es una víctima y que la gente abusa de ella. Y actúa a la defensiva, agresiva o pasivamente, rompiendo en ambos casos el nivel de igualdad deseable para las relaciones humanas sanas.
   
     
 
Desarrollo del propio talento
 
 
La persona con baja autoestima suele tener un juez crítico muy severo, que le exige la perfección o la critica tanto por sus intentos de actuar que ella deja de hacerlo, quedándose con metas cumplidas a medias. El alto nivel de autocensura elimina la posibilidad de que la persona expanda libremente sus habilidades al máximo.
   
     

 

 
Felicidad
 
 
La persona con baja autoestima se siente mal aun cuando haya tenido éxito; fácilmente puede descontar sus méritos o pensar que le falta lograr más; tiene toda una red de conceptos e imágenes mentales que actúan como expertos saboteadores de su felicidad.
   
     
 
Capacidad de riesgo
 
 
Quien tiene baja autoestima teme ser rechazado o fracasar pues éstos son duros golpes a su estado psíquico-emocional. Fallar implica una pérdida automática de valor como ser humano: por consiguiente, prefiere no tomar riesgos en la conquista de sus metas (desarrollo, relaciones, trabajo, etc.) No emprende con facilidad.
   
     

 

   
Búsqueda de lo que uno merece
   
 
La persona con baja autoestima no cree merecer o necesitar ciertas cosas; como vienen de él, las menosprecia y cede su lugar a otros.
   
     
   
Seguridad en uno mismo
   
 
Quien tiene baja autoestima pierde confianza en sí mismo, duda de sus habilidades, incluso de las ya demostradas; vive a la defensiva. Si obtiene un logro no siente certeza de continuar haciéndolo en el futuro, no se siente eficaz.