Las actitudes son adquiridas, son el resultado de las experiencias
y del aprendizaje que el individuo a obtenido a lo largo de su historia
de vida, que contribuye a que denote una tendencia a responder de
determinada manera y no de otra.
Las actitudes
son de naturaleza dinámica, es decir, pueden ser flexibles
y susceptibles a cambio, especialmente si tienen impacto en el contexto
en el que se presenta la conducta.
Las actitudes
son impulsoras del comportamiento, son la tendencia a responder
o a actuar a partir de los múltiples estímulos del
ambiente.
Las actitudes
son transferibles, es decir, con una actitud se puede responder
a múltiples y diferentes situaciones del ambiente.
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