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Constituimos una unidad
como sistemas individuales y también en relación con
el mundo que nos rodea, formamos parte de una totalidad mayor que
es el ambiente físico, social,
el planeta, el universo, a través de nuestro comportamiento
interactuamos con el entorno (Oblitas, 2004).
En el área física se pueden examinar
algunas conductas de riesgo como son: prácticas asociadas
con servicios de salud, régimen de medicación, higiene,
condición
física, abuso de tabaco y alcohol; así como las destrezas
de adaptación y conductas de salud positiva como patrones
de respuestas a estímulos positivos, los cuales se
pueden obtener con el conocimiento sobre promoción de salud,
redes de apoyo, actividades vocacionales, recursos mentales y espirituales.
El desarrollo físico individual pasa por una serie de etapas
como son: los cambios sensoriales, el paso de niño (a) a
adolescente, de adolescente a adulto, de adulto joven a adulto mayor,
esta serie de retos requieren que se realicen algunos ajustes y
que se definan nuevos papeles sociales y condiciones biológicas
por ejemplo: el retiro, los cambios en la actividad psicomotora
y las pérdidas que acompañan las distintas etapas
del ciclo de vida; todas estas variables se investigan dentro del ámbito
de salud para realizar cambios en situaciones no deseadas para mejorar
el área física del ser humano.
La promoción de estilos de vida saludables
implica conocer aquellos comportamientos que mejorar o deterioran
la salud de los
individuos. Las conductas saludables son aquellas acciones realizadas
por el ser humano con las cuales se obtienen consecuencias físicas
y fisiológicas inmediatas y a largo plazo que repercuten
en el bienestar físico y en la longevidad (Oblitas, 2004). |
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