Muchas razones justifican
la necesidad de conocer y emplear el método científico.
Ante todo y en sentido muy general, porque su comprensión
nos permite el desarrollo del pensamiento, y nos da una forma de
conocer. Es decir una manera racional y consecuente de enfrentar
la vida, ya que él sintetiza el gran esfuerzo de la humanidad
de tener procedimientos que permitan el conocimiento objetivo, certero,
fiel de la realidad. Y con ello la inducción de una actitud
inquisidora, de búsqueda, planteo y replanteo, de inconformidad
que moviliza a la solución creadora de problemas.
El método científico por tanto ofrece un modo de
ser (pensamiento), un modo de conocer (investigación) y un
modo de trabajo (desempeño profesional), en suma una estrategia
que a partir de una forma de pensar guía la acción.
En oportunidades se ha visto el método científico
reducido a uno de sus procedimientos: el experimental (hipotético
– deductivo).
Durante años, en oportunidades por acomodamiento o inercia,
en otras por intereses de clase se ha insistido de los fenómenos
y procesos sociales siguiendo o extrapolando incorrectamente la
metodología del trabajo científico de las ciencias
naturales y técnicas, desconociéndose en la práctica,
con la iniciativa y la creación debida, de los aportes del
método científico.
El conocimiento de la realidad social no sigue el procedimiento
hipotético – deductivo. Éste no es totalmente
válido para las ciencias sociales por su enfoque esencialmente
positivo y sus exigencias “cuantitativistas” y la supuesta
objetividad a lograr.
Hay situaciones en que no tiene sentido o sencillamente no es posible
o consecuente “montar” un experimento como lo pide el
procedimiento hipotético – deductivo. Más aun
el método científico no se reduce a lo hipotético
– deductivo de amplio y válido empleo en las ciencias
“exactas” y técnicas.
Los fenómenos y procesos sociales (educativos, etnográficos,
psicológicos, culturales) tienen sus peculiaridades y especificidades
a uno u otro nivel: mega, macro, o micro, que condicionan y limitan,
de entrada, su conocimiento.
No es posible conocer la realidad social, el hombre, su forma de
ser, pensar, conocer, sentir, de comportarse y relacionarse, de
educarse... reduciendo el método científico a procedimientos
empíricos y cuantitativos, independientemente que reconozcamos
en éstos las formas de conocimientos sistematizados por excelencia.
Se requiere de variadas formas de estudiar la realidad, de estudiarla
en su totalidad, complejidad e integridad. Es bueno además
admitir que todas aportan en la misma medida que constituyen la
vía idónea para el desentrañamiento de su esencia,
para su conocimiento consecuente.
El problema está en desarrollar y encontrar las formas metodológicas
adecuadas, que cumplan con los requisitos generales de “hacer
ciencia”, para conocer e investigar un fenómeno o proceso
social en particular. |