Presencia

 

La presencia de un buen orador se ve afectada positivamente por la seguridad del mismo; ésta se logra cuando existe una preparación integral, dominio del tema y recursos de apoyo que lo sustenten.

El orador debe vestir adecuadamente según la ocasión y el público al que se dirige, mostrando así respeto por su audiencia y logrando un ambiente de respeto y confianza.

La movilidad es importante durante una presentación oral; el desplazarse muestra el entusiasmo del expositor, además de variar el estímulo a la audiencia y evitar que aparezcan malos hábitos durante la presentación.

La postura que se adopte al iniciar una exposición oral es decisiva, ya que marca desde la credibilidad hasta la atención del público.

Se recomienda entrar con paso firme y decidido, con los hombros hacia atrás y la barbilla levemente hacia arriba, esto ayuda a mostrar seguridad y dominio del tema.