Calidad de Vida y Bienestar Subjetivo

   

La calidad de vida o satisfacción vital como concepto, es definición imprecisa y la mayoría de investigadores que han trabajado en él, están de acuerdo en que no existe una teoría única que defina y explique el fenómeno porque implica establecer un modelo ideal para la vida humana, tanto en el ámbito personal como en el social. Dicho modelo ideal estaría dirigido a conseguir lo que se ha denominado como felicidad, lo cual pudiera ser el meollo de la calidad de vida.

Si bien, existe una enorme dispersión conceptual en torno al concepto de calidad de vida, Puente y Legorreta (1988), Arias y Heredia (2000) han considerado dos corrientes:

Corriente Objetiva. Refleja las condiciones de vida deseadas por una persona con relación a su vida en el hogar y en la comunidad, en el trabajo, de salud y bienestar. Por tanto, se refiere a mediciones por medio de indicadores relativas al nivel de vida o grado de bienestar material de que dispone una persona tal como la alimentación, el vestido, alojamiento, seguridad (contra robo, violencia, pérdida de empleo), servicios esenciales (agua dulce potable, obras de saneamiento, asistencia médica, transportes públicos, servicios educativos y culturales).

Corriente Subjetiva. La remiten a una evaluación de la experiencia de las personas y tal "evaluación" no es un acto de razón, sino más bien un sentimiento. Como tal, la calidad de vida es un fenómeno subjetivo basado en la percepción que tiene una persona de varios aspectos de su vida, incluyendo las características personales y la percepción de las condiciones de vida.

Por tanto, la calidad de vida es de naturaleza multifactorial y deben considerarase medidas objetivas a través de una serie de indicadores (los recursos económicos, el hábitat, el nivel asistencial o el tiempo libre), pero donde tiene un importante peso específico la vivencia o experiencia subjetiva que el sujeto pueda tener de sí mismo e incluso integrar lo que la organización de las Naciones Unidas propone como algo fundamental: el desarrollo humano.

Las medidas de satisfacción subjetiva son más difíciles de obtener, pero son predictores más fuertes que las medidas de tipo objetivas (Anguas, 1997). Y en este contexto, es el constructo de Bienestar Subjetivo (BS) uno de los que se refieren precisamente a la experiencia personal, lo cualitativo, la percepción del individuo; y el antecedente más antiguo del BS es la felicidad, uno de los constructos más antiguos, desde los tiempos de la antigua Grecia, los antiguos filósofos la han considerado como el más preciado de los bienes y la finalidad última de toda acción humana.