Cuando no dirigimos nuestra elección
a un auténtico bien, no es fruto de nuestra libertad sino
de libertinaje. El libertinaje es como la enfermedad de la libertad,
es el abuso de nuestra libertad no para hacernos crecer como personas
sino para deteriorarnos.
Cuando libremente elegimos el mal no estamos siendo libres sino
al contrario, estamos siendo esclavos. Por ejemplo: Si usamos nuestra
libertad para escoger usar drogas nos estamos haciendo esclavos
de ellas y alterando nuestras facultades mentales, nuestra propia
libertad.
El escoger libremente implica aceptar las consecuencias de este
escoger. Es un error exigir la libertad si no estamos dispuestos
a aceptar las consecuencias.
Nada grande se ha hecho en el mundo sin un gran esfuerzo. Vivir
con libertad implica un esfuerzo y un compromiso.
Libertad no es lo mismo que independencia o desarraigo. Creemos
que ser libres quiere decir no depender de nadie ni de nada, pero
nuestra condición humana necesita de los demás. Ser
libres, por lo tanto, no significa desarraigarnos, sino comprometernos
con los demás.
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