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LAS HABILIDADES
BÁSICAS DOCENTES
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Comunicación
Oral
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A continuación se presentan
algunos elementos que pueden facilitar o inhibir la comunicación
eficaz en el proceso de enseñanza-aprendizaje:
1.
El estilo.
El buen expositor utiliza la sencillez al expresarse, es decir, se
dirige con el auditorio de manera clara, evitando la exageración,
el protagonismo, la verborrea; complementando lo anterior, el docente
deberá de ser medido en su expresión corporal, lo cual
significa, que su presencia física deberá ser un apoyo
a la lección y no un estímulo distractorio para el grupo
de clase.
2.
Prestancia.
Referente a la actitud física y mental del
expositor que influye de manera decisiva en la atmósfera del ambiente de
la exposición, la cual puede hacerse fastidiosa o de una gran
amenidad. Para lograr este componente es importante considerar lo
siguiente:
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Preparación
y organización del tema con antelación.
Intercalar
el contacto visual permanente al grupo en general y al alumno en lo
particular, con la finalidad de captar la atención
y evitar distracciones.
Eliminación
de movimientos distractorios para el alumno, por ejemplo: jugar con
el gis, o con el llavero, movimientos acentuados
con las manos, caminar constantemente en el salón, sin que
sea necesario.
Empleo de gesticulaciones
o movimientos corporales que vayan de acuerdo con la explicación, por último,
Mantener una
postura corporal que proyecte seguridad y confianza.
3.
Voz.
Su Volumen, debiendo ser adecuado al tamaño del lugar y
de las condiciones del mismo.
Tono, evitar
la monotonía al hablar, dar énfasis
en los aspectos más importantes del
tema de estudio.
Velocidad, debe
ser acorde según sea a su facilidad en la
pronunciación y complejidad de ideas.
4.
Términos.
Importante es el utilizar téminos sencillos al alcance de
la comprensión del alumno, pero necesario además, el
empleo de conceptos técnicos propios de su área de conocimiento,
acompañándolos de su significado, por último,
se sugiere utilizar sinónimos, que refuercen de otra forma
la idea.
5.
Vicios que evitar.
Evitar muletillas, como “este, osea, ok, m…”
Evitar la verborrea. |
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