LINEAMIENTOS DE EVALUACIÓN PSICOLÓGICA

   
Para la realización de evaluaciones sobre los trastornos del sueño, es necesario un examen médico, una historia completa de los hábitos del dormir, alimenticios, actividad física e ingestión de drogas, así mismo se requiere de una entrevista inicial para conocer los factores psicológicos y ambientales que pudieran estar repercutiendo en la salud del paciente.

Entre algunas de las evaluaciones empleadas en Disomnias (insomnio primario y trastorno de sueño relacionados con la respiración), destacan los cuestionarios o diarios del dormir, que incluyen estimaciones acerca del mejoramiento del dormir, número estimado de horas que se duerme, número de despertamientos con dificultades para conciliar el sueño y el tiempo que tarda el sujeto para conciliar el sueño nuevamente. Para evaluaciones de hipersomnias primarias se utiliza frecuentemente el Test de Latencia Múltiple (TLM) que consiste en examinar en el registro de 4 ó 5 períodos de 25 minutos, el tiempo que tarda el individuo en quedarse dormido.

Para las evaluaciones de Parasomnias (pesadillas y terrores nocturnos) también es habitual el uso de cuestionarios y diarios del dormir, los cuales tienen en consideración aspectos como la frecuencia en que se presentan, es decir, si son de carácter aislado o recurrente, la intensidad, las reacciones que experimenta el sujeto después del sueño, la estimación de peligro que percibe el individuo para sí mismo y para quienes lo rodean y las implicaciones del trastorno en sus actividades.

Los cuestionarios y diarios del dormir son consideras comúnmente como medidas subjetivas de algunos trastornos del sueño especialmente en las evaluaciones de las disomnias, sin embargo algunos investigadores han utilizado los reportes de observadores; como las esposas o los compañeros de cuarto, los cuales son instruidos para registrar el tiempo inicial que tarda el individuo para conciliar el sueño bajo los siguientes criterios: ojos cerrados, ausencia de movimientos voluntarios por 10 minutos y cuando el sujeto no responde a su nombre dicho en voz baja por la esposa o compañero de cuarto. Estos criterios son similares a otras evaluaciones que consideran el tiempo en que el sujeto se queda dormido. (Téllez, 1998).