Instrucciones: Con base en la historia clínica que
se presenta a continuación, identificar cuáles fueron
las causas, factores de riesgo y signos que corresponden al caso,
completa las columnas que se te presentan al finalizar el caso.
Un Caso De Estrés
Mi vida estaba bien, todo era perfecto, tenía
una vida plena. Ya que me había realizado personal y profesionalmente,
el sueño de toda mujer, por una parte la dicha de tener una
familia, mi esposo quien siempre está para apoyarme en mis
decisiones y al que yo con gusto acompaño a sus compromisos
y acepto sus invitaciones ya que es muy importante convivir con
él, y mis tres hijos a quienes ayudo con sus tareas y me
preocupo porque todo esté bien, sin olvidarme de mis pequeñas
mascotas que llenan nuestras vidas de alegría, aunque claro,
es importante mantenerlos limpios, sin olvidarse de sus vacunas
y baños, así como la limpieza de mi casa, lo que es
las tres comidas al día, con sus postres, y mantener limpia
la casa, tender las camas, trapear, barrer, lavar los platos, la
ropa y el baño, entre otras actividades, ya que a mí
no me gusta tener sirvienta. También la oportunidad de convivir
con mis padres y hermanos, a quienes visito, acompaño y apoyo
en todo momento, porque es mi familia y es importante estar con
ellos.
Siempre me he caracterizado por ser una persona amistosa, así
que mi círculo social es bastante amplio, con los compromisos
normales que tiene una mujer, la despedida, el cafecito, entre
otras muchas ocupaciones. Mi agenda siempre estaba saturada, hasta
los fines de semana y los días festivos. Cuando no tenía
un compromiso con mi esposo, tenía uno con mis hijos, o
con mis padres, mis hermanos o amigos, y estando con ellos me
sentía presionada porque tenía mucho trabajo que
hacer, a veces hasta a las 11 de la noche me hablaban por teléfono
por cuestiones de trabajo. Y cuando estaba en el trabajo tenía
sentimientos de culpa por no estar con las personas que quería,
descuidándolos y mientras más pasaba el tiempo me
perdía de su compañía y actividades que tenían,
como los festivales de mis hijos, y los cumpleaños de mis
seres queridos. Cuando por fin estaba en mi casa, me dolían
mis piernas, la espalda, la cabeza, pero era parte del cansancio,
o al menos eso pensaba. Sin embargo cada día me sentía
peor físicamente, hasta se me caía el cabello, y
claro, emocionalmente también, me enojaba con facilidad,
llegó el momento en que no soportaba ningún ruido.
Mi familia se preocupaba por mí, ya que empecé a
tener problemas con mi esposo, él ya estaba pensando en
el divorcio. Yo creía que mi vida era normal, y quizá
sí, en estos tiempos es normal vivir una vida estresada,
sin embargo, por la insistencia de mi esposo acudí a terapia
psicológica, fue cuando comprendí que estaba viviendo
una vida muy estresada, a punto de tener un infarto, así
que tenía que aprender a tener prioridades, ha sido difícil,
pero entendí que no podía hacer todo al mismo tiempo,
logré recuperar mi matrimonio, ahora ya tenemos una estabilidad
emocional, que es lo más importante, ahora disfruto más
de mi vida, aprovecho cada momento y no me siento estresada. Tenemos
solo una vida, es importante cuidarla, es importante querernos.