Conclusión

 
Por todo lo anterior, puede decirse que una comunidad de práctica es un grupo de personas que comparten intereses comunes sobre una temática en particular, lo que los lleva a desarrollar acciones tendientes a la generación o creación de conocimientos que los ayuden a dar solución a la problemática analizada; son grupos informales y flexibles en su constitución. Por ello, no debe confundirse con otros grupos de trabajo, que son formales, trabajan juntos por designación de un superior para desarrollar un proyecto concreto y están sujetos a la duración de ese proyecto.

En ese sentido, el aprendizaje implica participación en comunidad y que la adquisición de conocimientos se considera un proceso de carácter social. Se pone de relieve la concepción del aprendizaje como un hecho colectivo frente a la idea clásica que lo limita a un proceso individual. Por lo tanto, uno de los caminos a través de los cuales circula el conocimiento es el camino de la práctica compartida.

Finalmente, si las comunidades de práctica pueden ser presenciales o virtuales, las TIC les proporcionan ciertas ventajas a su funcionamiento. Por un lado, facilitan una comunicación fluida y también les permiten ser más visibles para el resto de la organización, las tecnologías de la información permiten que dichas comunidades superen las barreras de las estructuras formales de las organizaciones, las barreras geográficas y las temporales. Las otorga cierta flexibilidad y accesibilidad y les permite a los nuevos integrantes entender su contexto rápidamente.