Los trastornos de la alimentación
son enfermedades crónicas y progresivas, se manifiestan a través
de la conducta alimentaria, sin embargo, engloban una gama muy compleja
de factores psicológicos y emocionales entre los que prevalece
una alteración o distorsión de la auto-imagen corporal,
hay un gran temor a subir de peso y la autoestima está supeditada
a la percepción de una buena imagen corporal.
Papalia (2005) define a los trastornos de alimentación como “comer
en exceso y falta extrema de alimentos” y son más comunes
en las sociedades industrializadas donde el alimento es abundante
y lo atractivo se equipara con la delgadez.
Halgin (2004) dice que el significado psicológico de la
comida se extiende más allá de sus poderes nutritivos
y los define como trastornos caracterizados por conflictos sobre
la comida, la alimentación, el ejercicio y la imagen corporal.
El término "trastornos alimentarios" se refiere
a una variedad de trastornos. La característica común
de todos los trastornos alimentarios son los comportamientos anormales
de alimentación. Los trastornos alimentarios son problemas
serios de salud mental y pueden poner en peligro la vida. Los principales
trastornos de alimentación son: Anorexia, bulimia, ortorexia,
vigorexia, comer compulsivo. Tienden a aparecer durante la adolescencia
porque en esta etapa la preocupación por el aspecto físico
aumenta.