LINEAMIENTOS DE EVALUACIÓN E INTERVENCIÓN

   

Las personas con problemas de alimentación han recurrido a una serie de medidas para controlar su peso que van desde dietas rigurosas, uso de fármacos, cirugías, ejercicios exhaustivos, uso de laxantes, vomitar, programas conductuales y asistencia a grupos de autoayuda. A pesar de que lograron bajar de peso, no lograron mantenerse delgados y esto provoca inseguridad e insatisfacción aunado al miedo de subir de peso y la pérdida del control. Dentro de los tratamientos más agresivos se encuentra la cirugía, es el último recurso, generalmente, se recurre a ella después de haber probado todos los demás.

 
 
Los trastornos alimentarios son de origen multifactorial, lo más recomendable es la aplicación de distintas disciplinas como la medicina (nutrición, endocrinología, ginecología), la psicología, trabajo social y enfermería para los casos agudos, esta es la forma de abarcar todos los aspectos de esta problemática. La mayoría de los profesionales están de acuerdo de que es más factible la recuperación del paciente si recibe reeducación nutricional y el abordaje de conflictos psicológicos que desencadenaron las alteraciones en la conducta alimentaria. Algunas personas prefieren un tratamiento individual, mientras que otras hallan mayor recuperación en terapias grupales, como serían grupos de autoayuda, donde pueden compartir lo que les sucede, no sólo con un profesional, sino también con gente que se encuentra en similares condiciones.
 
 

PROGRAMA PARA LOS TRASTORNOS ALIMENTARIOS

Establecer un patrón de alimentación regular.
Eliminación de atracones, vómitos y el abuso de laxantes y diuréticos.
Normalización de los hábitos alimentarios, introducción de unos patrones de alimentación equilibrados.
Tratamiento psicológico de las creencias y pensamientos irracionales, hacia el cuerpo y el peso, así como de las conductas que mantienen el problema.
Tratamiento de la Insatisfacción con el cuerpo y mejora de la Imagen Corporal.