Conclusión

 
            

La conducta suicida es considerada como un acto multifactorial, es decir puede ser el resultado de distintos factores que afectan a la persona. Las estadísticas demuestran que la conducta suicida se presenta más en las personas jóvenes y sobre todo en los hombres.

Para llegar al suicidio consumado la persona pasa por diferentes fases, primero se le presenta la idea, después el deseo de morir, seguida de las amenazas y la realizando de un plan, después ocurre el intento por quitarse la vida hasta llegar a cometer el acto.

La evaluación y predicción de la conducta suicida son difíciles de realizarse, puesto que implica el analizar todos los factores personales y sociales que intervienen en el acto.

Los factores de riesgo más sobresalientes están relacionados son situaciones sociales, problemas o enfermedades psiquiátricas y cuestiones específicas de la edad. El presentar situaciones estresantes puede llegar a ser un factor precipitante que determine el acto.

Los factores de protección son aquellos acontecimientos o cosas que disminuyen el riesgo de un suicidio.

 
 
     

Se tiene que estar concientes de que todo pensamiento suicida, es un indicador del posible acto. Es fundamental el prestar mucha atención ante cualquier signo de alarma que indique que alguien está propenso a suicidarse; el apoyar, escuchar y hacer sentir a la persona que en la vida todo tiene una solución, serán de gran ayuda para él. Así como la conformación de una robusta y sólida red de apoyo social prevendrán la consumación desafortunada de este tipo de actos, así como los efectos colaterales negativos hacia las personas que rodean a la persona suicida, tal como familiares y amigos.