Emociones

 
 
Las emociones son reacciones orgánicas,  subjetivas y comportamentales, que permiten organizar y controlar la conducta del individuo; además actúan para que el individuo se adapte, se anticipe a sucesos y participe de los acontecimientos de su entorno (Fernández, Martí y Domínguez, 2002).  La experiencia emocional está constituida por los sentimientos (expresiones culturales de las emociones), reacciones fisiológicas (expresiones orgánicas) y  las manifestaciones conductuales (cómo se comunica la experiencia interna a otros).

Las emociones básicas son el miedo, dolor y el placer y están orientadas a la conservación de la vida. El miedo contribuye a la autorregulación del individuo, es decir, tiende a alejarlo del riesgo o del peligro, mientras que el dolor genera un mecanismo de evitación o eliminación de los agentes ambientales que van en detrimento de la integridad; por otra parte, el placer como experiencia emocional incide en la satisfacción de las necesidades biológicas y de orden superior como el aprendizaje.

 Feldman (1998), refiere la importancia de las emociones en el proceso de desarrollo personal y social, especificando que éstas preparan al individuo para la acción, dan forma al comportamiento futuro y regulan las interacciones sociales: a partir del contexto de referencia. Las emociones subyacen en la motivación humana; por lo tanto, cuanto más intensa sea la emoción más motivará la conducta para la obtención de los satisfactores biológicos,  psicológicas y sociales. Cuando las personas se ven impedidas a cubrirlos de manera satisfactoria, puede derivar en problemas orgánicos, mentales o conflictos de interacción social.