Ejercicio 2
Instrucciones:
A continuación se muestra la realimentación del ejercicio.
El dormilón
• Eleve la voz y acérquese a él al mismo tiempo.
• Cambie de técnica inmediatamente.
• Realice una dinámica o ejercicio de relajamiento cuando está actitud sea general en todo el grupo.
• Asígnele una tarea concreta.
• Haga un receso.
• En caso extremo, invítelo cortésmente a “estirar las piernas”.
El que participa demasiado
• Dirija preguntas directas o cerradas a otros participantes.
• Emplee frases como: “si, en un momento más le escucharemos pero antes vamos conocer la opinión de otras personas”, o “nos estamos extendiendo demasiado en este tema, si al final nos sobra tiempo con gusto analizaremos con profundidad este punto”.
• Ubiquemos en donde pueda intervenir menos.
• Asígnale tareas especiales para mantenerlo ocupado o déle responsabilidades específicas dentro del grupo.
• Solicítele que observe con cuidado el desarrollo de la sesión, para que al final sea el quien haga un resumen.
El platicador
• Solicite que lo que murmura o platique lo comparta con todo el grupo, ya que puede ser de valor.
• Interrumpa de improvisto la exposición para que quede en evidencia su conducta.
• Sorpréndalo con una pregunta directa sobre el tema que se está desarrollando.
• Tome el objeto, motivo de la distracción, para usarlo como señalador y devuélvaselo, dándole las gracias.
• Colóquelo hasta delante, inmediatamente al lado del instructor.
• Colóquese detrás de el y siga en esta postura, dirigiéndose al grupo por un rato.
El distraído
• Eleve el volumen de voz.
• Hacer silencio total, dirigiendo su mirada hacia el, sin agresividad.
• Pregúntele directamente y de inmediato indúzcale a la respuesta para no dejarlo abiertamente en evidencia.
• Déle alguna tarea como observador o formulados de conclusiones.
• Solicite su opinión: “¿Qué opina sobre este punto señor García?”.
• Colóquese detrás de el y haga contacto físico con una mano sobre el hombro.