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La investigación participativa
surge en América Latina, debido a cierta incapacidad de los
enfoques prevalecientes en las ciencias sociales, con el fin de
contribuir significativamente a un análisis social adecuado
(Vejarano, 1983). Esta investigación adquiere una forma de
resolución de problemas sociales que tienen determinados
sectores de la sociedad, condicionada en cierto modo por sus antecedentes, íntimamente
ligados a contextos sociales y a investigadores comprometidos con
el cambio social (Buendía et al, 1998).
La investigación participativa es un enfoque de la investigación
social mediante el cual se busca la plena participación de
la comunidad en el análisis de su propia realidad, con el
objeto de promover la participación social para el beneficio
de los participantes de la investigación. Estos participantes
son los oprimidos, marginados, explotados. La actividad es por lo
tanto, una actividad educativa, de investigación y de acción
social (Cano, 1997).
La investigación participativa, como nuevo enfoque en las
ciencias sociales, ha sido objeto en los últimos años
de un gran interés en diferentes ámbitos de trabajo,
tales como programas de desarrollo rural integrado, políticas
de planificación participativa, la educación no formal,
la capacitación campesina, etcétera. En pocos años
ha ganado cierto prestigio en el mundo de las ciencias sociales,
debido a valiosas experiencias concretas especialmente en el campo
de la educación, obteniendo a su vez un mayor reconocimiento
oficial en el mundo científico (Cano, 1997).
En este tipo de investigación, la teoría orienta
la práctica, a su vez que la acción es sometida análisis
y reflexión. Esta relación, entre teoría y
práctica, entre acción y reflexión, constituye,
indudablemente, un sólido fundamento para otorgar validez
científica a los conocimientos obtenidos. Hace énfasis
en la conexión entre investigación y práctica
educativa tradicionalmente muy desligadas, por lo que se constituye
en una poderosa estrategia que posibilita avanzar simultáneamente
la ciencia y la práctica (Buendía et al, 1998).
De entre las propuestas que plantea la investigación participativa,
se destacan las siguientes:
El
problema a investigar es definido, analizado y resuelto por los
propios afectados.
El
propósito u objetivo final de la investigación
participativa es el de alterar, transformar
la realidad social en favor de las personas involucradas.
La
investigación
participativa es un proceso permanente de investigación y
acción.
La acción crea necesidades
de investigación, por lo tanto la investigación participativa
nunca será aislada de la acción.
El
proceso de investigación participativa se considera como
una parte de una experiencia
educativa que ayuda a determinar las necesidades de los grupos,
de la comunidad; incrementando
los niveles de conciencia de los grupos involucrados
acerca de su propia realidad (Cano, 1997).
Una limitante del método de investigación participativa,
es la necesidad de un compromiso de participación por parte
de la comunidad durante un período más amplio que
con otros métodos. Lo único que puede justificar y
hacer exitosa tal solicitud es la perspectiva de obtener mayores
beneficios directos, como pueden ser: más amplios conocimientos
respecto a su comunidad y sus relaciones con la sociedad global,
mayor grado de organización, poder de decisión y definición
conjunta en las acciones que van en beneficio de sus propios intereses.
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